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Burdeles con muñecas semi roboticas

Las primeras muñecas del amor introducidas en Japón fueron creadas hace 30 años para que personas con ciertas discapacidades pudieran disfrutar de compañía femenina. Pero rápidamente se convirtió en una alternativa para los hombres sanos que simplemente eran demasiado tímidos como para poder hacer el sexo con mujeres reales. Hoy, una gran cantidad de hombres japoneses están obsesionados con chicas disfrazadas de cosplay (consiste en disfrazarse de algún personaje inspirado de un manga, anime, película, libro, comic, videojuego e intentar interpretarlo en la medida de lo posible) para poder realizar sus fantasías y pasar algún tiempo con sus personajes favoritos, ya que se sienten más cómodos en su presencia que si estuvieran con una mujer real, sobre todo porque no se quejan jamás.Sin embargo, las muñecas semi-robóticas del amor no son nada baratas, especialmente si se pretende una buena calidad. Una muñeca del amor de silicona, con un esqueleto de metal y decenas de articulaciones que permiten que se mueva como una mujer real, tiene un costo que se va a más de 6.000 dólares USA (4.536 euros) y este precio es demasiado para una persona particular. Por lo que los burdeles se han provisto de un buen surtido de muñecas de compañía que con una cuota prudente los hombres tienen la oportunidad de vivir sus fantasías. Los hombres que frecuentan este tipo de establecimientos son generalmente tímidos y se sienten más cómodos que con una mujer de verdad. Además pueden vestir a la muñeca a su gusto, ponerle diferentes pelucas y creer que están en realidad haciendo sexo con su personaje de anime ideal.
La mayoría de los burdeles ofrecen muñecas semi-robóticas con una gran variedad de trajes, pero hay clientes que prefieren traer sus propios accesorios, para asegurarse de que la muñeca se parece al personaje de sus sueños. Desde jóvenes a hombres de más de 60 años, gastan una cantidad de dinero para ver vídeos para adultos y una vez con el estado de ánimo adecuado, dormir con una complaciente y sumisa muñeca. Los propietarios de los burdeles de muñecas están encantados con el crecimiento floreciente de este negocio y estudian la manera de pasar a muñecas robóticas más completas (aunque procurando que su inteligencia artificial no sobrepase los límites que puedan ofender al cliente). Muchos fabricantes japoneses de Robots ya están trabajando al respecto. Se trata de crear Muñequitas Robots sumisas, tontitas, bobaliconas, viciosillas y algo pegajosas. (Si digo lo que pienso en estos momentos de los japoneses creo un conflicto diplomático de mucho cuidado, y mira que les tengo aprecio y cariño.)