
La telepresencia, la capacidad de proyectar una escena en movimiento en tiempo real en un lugar diferente de donde se está realmente produciendo y sin necesidad de utilizar gafas especiales, está cerca de hacerse realidad, y a todo color. La tecnología de hologramas se basa en una batería de cámaras, un láser y un polímero especial para almacenar y crear las imágenes. La capacidad de refresco de imágenes del dispositivo es ya de solo dos segundos, casi tiempo real, según sus inventores, de la Universidad de Arizona (EEUU). De momento han presentado un prototipo con una pantalla de 25 centímetros, pero ya han probado con éxito una versión mayor de 43 centímetros.

La imagen tridimensional dinámica ha despertado un gran interés popular en fenómenos como la película Avatar o la utilización de periodistas holográficos haciendo entrevistas en la CNN durante las últimas elecciones presidenciales estadounidenses, apuntan los investigadores en su artículo. Pero puntualizan que esos efectos poco tienen que ver con la holografía. El problema, añaden, es que la cantidad de información necesaria para generar un holograma de alta calidad es tan grande que la posibilidad de reproducir video en tiempo real se ha visto limitada por el tamaño o por la resolución.
Con la nueva tecnología, la imagen o escena original se graba con una batería de cámaras corrientes de manera que cada una capta el objeto desde una perspectiva. Cuantas más cámaras se utilicen, mayor calidad tendrá el resultado final. La información grabada se trasmite al destino, donde se codifica en pulsos de luz láser que interfieren con otro láser que sirve de referencia. El patrón de interferencia resultante se graba en un polímero especial (la pantalla) en el que se crea y almacena la imagen. Cada pulso de láser registra un hogel (pixel holográfico o versión tridimensional de un pixel) individual en el polímero, que refresca los hologramas cada dos segundos.
El holograma se desvanece por sí solo al cabo de un par de minutos o segundos (dependiendo de las condiciones del experimento) o puede borrarse al grabar una nueva imagen tridimensional.
Supongamos que quiero hacer una presentación en Nueva York", explica Peyghambarian. "Todo lo que necesito es una batería de cámaras aquí en mi despacho de Tucson y una conexión rápida de Internet, en el otro extremo, en Nueva York, tendrá que haber un dispositivo tridimensional que utilice nuestro sistema de láser y todo está controlado automáticamente por el ordenador. A medida que se transmiten las señales de la imagen, los láseres las inscriben en la pantalla y las presentan en una proyección tridimensional en la que aparezco yo dando la charla".
El sistema, aseguran estos especialistas carece del problema habitual de las vibraciones en este tipo de dispositivo. Tampoco exige un control especial de temperatura y de ruido. La industria del entretenimiento y el mundo de la publicidad son usuario potenciales de esta tecnología, pero también la telemedicina, pro ejemplo, se beneficiaría de ella ya que, por ejemplo, con ella podrían teleparticipar en intervenciones quirúrgicas médicos ubicados en cualquier parte del mundo.
La revista Nature recuerda que este mismo equipo ya presentó hace un par de años un sistema similar, pero entonces era monocromo y con un tiempo de refresco de la imagen de cuatro minutos.